¡Alianza, Levántate!



Durante algunos años, el lema que la Junta Ejecutiva quiso socializar fue "La Alianza la Hacemos Juntos", pretendiendo a través de esto fomentar la unidad en nuestro quehacer como Corporación. Creemos que hemos avanzado en este objetivo, aunque a todos nos ha costado aprender que nos necesitamos, que debemos respetarnos, escucharnos y ayudarnos mutuamente, en pos del llamado supremo de nuestro Señor y común Salvador. Gracias a todos y todas ustedes que han tratado de aplicar esto en sus vidas y lugares de servicio en que Dios nos ha colocado.
Nuestro nuevo lema a contar de este año es¡Alianza, Levántate!
No significa que creemos estar postrados o sin hacer nada. Eso sería desconocer nuestra propia historia y el trabajo de tantos siervos y siervas del Señor que han entregado lo mejor de sus vidas en diferentes lugares de nuestro país.
¡Alianza, Levántate! Es más bien un llamado urgente a ponernos en acción ante lo que sucede en nuestra sociedad, ya que ante nuestros ojos se está produciendo un cambio brutal en temas valóricos, de familia, de convivencia política que requieren la presencia de una iglesia en acción, inmersa en esta sociedad y no retraída o apartada de ella.
Es hora de levantarnos en oración para que Dios nos guíe, nos guarde y seamos de bendición para nuestro país.
Debemos levantarnos en el envío de misioneros a otros lugares del mundo, donde hay personas que bajo el formato político religioso que les preside, jamás tendrán siquiera la oportunidad de escuchar acerca de Jesucristo.
Es tiempo de levantarnos en la plantación de nuevas iglesias en nuestro propio país, ya que aún hay lugares donde el evangelio requiere ser llevado, cumpliendo así una de las tareas de la iglesia que Dios creó.
Es hora de levantarnos en la educación cristiana, con el fin de formar a nuestros niños y niñas, a los cuales en el mundo de hoy se pretende barrer con las escasas enseñanzas de la familia y de esa manera formarlos para lo que este mundo quiere, lejos de Dios.
Es necesario levantarnos en una mejor formación bíblico teológica en el seminario, en el llamado urgente a las vocaciones ministeriales ya que la mies es mucha pero los obreros son pocos. 

Unámonos en oración para que ante el llamado de Dios a su servicio, sean muchos los que respondan a aquello.
Hechos 3. 1 – 10 nos narra cuando Pedro y Juan van al templo a la hora de la oración. Allí había un hombre lisiado de nacimiento, imposibilitado de poder movilizarse por sí mismo.
La condición de este hombre refleja cercanamente lo que pasa en el Chile de hoy: hay miles de matrimonios lisiados; hay miles de hombres paralizados y confundidos en el rol que deben cumplir como esposos y como padres; hay miles de mujeres sin saber cómo enfrentar y sacar adelante a su familia. Hay miles de niños y niñas, de jóvenes y adolescentes absolutamente desorientados por la destrucción de sus hogares y por el énfasis sensual y materialista de la sociedad en que nos corresponde vivir.
¡Alianza, Levántate! Movilicémonos, porque Dios nos ha legado lo único que puede cambiar la condición de esta sociedad. El antiguo mensaje del amor de Cristo, el poder transformador del evangelio, el señorío de Jesucristo sobre la vida de una persona o de una familia hace nueva todas las cosas.
¡Alianza, Levántate! No importa el tamaño de tu iglesia, los escasos recursos que poseas, las carencias que creas tener. Esto no es con fuerza, ni con espada, mas es con Su Espíritu.

Uniéndonos a las palabras del antiguo profeta, te decimos querida iglesia: "Fortalezcan las manos débiles, afirmen las rodillas temblorosas; digan a los de corazón temeroso: Sean fuertes, no tengan miedo. Su Dios vendrá, vendrá con venganza; con retribución divina vendrá a salvarlos."


¡Alianza, Levántate!